Rosal mini
Estos rosales no son injertados se reproducen por esqueje y en pequeñas macetas entre 9 y 14 centímetros de diámetro se reúnen cuatro o más esquejes
Otros nombres
rosal enano
Familia
Los rosales pertenecen a la familia de las Rosaceae
Origen
La mayoría de los rosales tipo provienen de Asia aunque hay unas pocas variedades europeas; del resto hasta unas 25000 variedades , la mayoría son producto de hibridaciones.
Descripción
Hay muchas clases de rosales, podemos indica las más conocidas:
Silvestres, los que crecen de manera natural por nuestras tierras.
Antiguos, son los anteriores a la aparición de la Rosa de Té, primer híbrido artificial que aparece hacia 1867.
Modernos, los que aparecen a partir de esa fecha y pueden ser:
Floribundas, Grandifloras, Arbustivos, Híbridos de té, Enanos, Poliantas, Trepadores …. Y otros tipos como llorones y de paraguas, para flor cortada, de pié alto, paisajistas …
En todos los casos tenemos una mata más o menos densa, más o menos alta ( salvo llorones y de pie alto ) con hojas verdes caducas o semicaducas con tonos rojizos al inicio para posteriormente ser de color verde intensos hasta casi azulado.
Normalmente divididas entre 5 y 7 foliolos, de forma ovalada , tamaño mediano, haz brillante, envés mate, y bordes muy dentados.
Floraciones desde el inicio de la primavera que pueden ser persistentes o reflorecientes, de tamaño pequeño como los minis de grandes flores dobles, que aparecen en forma solitaria o reunidas en racimos.
Tras la floración, aparecen los escaramujos en muchos casos de gran belleza por sus colores naranjos o rojizos que son los que portan las semillas como es el caso de la rosa rugosa.
Esta variedad de rosal es el más usado para el cultivo en interior. También son conocidos como Rosal de pitiminí.
Hay otras variedades miniatura que se usan para plantar en tierra o en macetas en el exterior.
Cuando se cultivan en interior hay que tenerlos en lugares muy claros con alta humedad ambiental y bien ventilados.
Estos rosales no son injertados se reproducen por esqueje y en pequeñas macetas entre 9 y 14 centímetros de diámetro se reúnen cuatro o más esquejes.
Las flores son muy abundantes y muy pequeñas, escasamente 2 centímetros de diámetro y toda la planta no suele superar los 0,30 centímetros.
Según la casa productora, hay variedades con las flores y la mata de mayor tamaño y se pueden encontrar hasta con casi 0.60 metros de altura.
Mantenimiento
Los rosales se pueden cultivar en macetas, contenedores al menos durante unos años y en el suelo.
La época de plantación depende de la presentación que tenga el rosal que adquirimos ya que puede ser en maceta o a raíz desnuda.
En el primer caso se puede plantar ( no trasplantar desde el suelo ) en cualquier época del años pues no se deteriora ninguna raíz.
En el caso de ser a raíz desnuda, es decir sin tierra, la época ha de ser final del Otoño e invierno pues en esas épocas están “dormidos” y no hay apenas crecimiento en la planta.
Si lo que queremos es trasplantar desde el suelo, mover de un sitio a otro un rosal hay que actuar como con los de raíz desnuda haciendo previamente unas fuertes podas.
En general aunque hay algunas pequeñas excepciones, menos en nuestro norte de España, los rosales han de estar a pleno sol y solo hay que cuidar que el sitio no esté muy expuesto a los fuertes vientos.
Si es una variedad trepadora, han de colocarse cerca de pérgolas, paredes o alambradas para poder sujetarlos a estos soportes.
En el caso de paredes, hay que alejarlos unos pocos centímetros de la pared por el motivo de los cimientos donde suele haber poca tierra.
El sustrato cuando se cultiva en macetas y contenedores ha de ser de alta calidad, tierras preparadas de turba, mantillo etc.
Cuando cultivamos en el suelo, el mejor terreno es que tenga una buena cantidad de limo y arcilla pero corregido para que no se produzca encharcamiento así pues deberá si ha de ser mejorado utilizaremos la arena de sílice, el estiércol. La turba que no sea muy ácida pues en este caso deberemos corregirla con aportes de cal.
A la hora de abrir el suelo debemos hacer un buen hoyo para eliminar la tierra que no nos sirva y los elementos extraños como piedras de gran tamaño o escombros que provienen de la construcción.
Es adecuado comprobar si el terreno drena bien.
Si se puede hacer con antelación ,al tener claro donde vamos a ubicar el rosal, un tiempo con el agujero abierto es interesante pues el tiempo atmosférico nos mejorará el lugar de la plantación.
Si en nuestro clima hay heladas fuertes, es conveniente acolchar el pie del rosal con hojas o paja seca.
Cuando coloquemos el rosal en el agujero hay que dejar las raíces bien extendidas y sobre todo no tapar nunca el injerto. Este ha de quedar ligeramente , unos pocos centímetros por encima de la superficie , por último compactemos un poco la tierra para evitar bolsas de aire y procederemos a un riego.
Durante su crecimiento hemos de controlarlo y crear una buena estructura empleando las tijeras de podar sobre todo eliminando las ramas más débiles y las que crecen en el interior del rosal donde no reciben suficiente sol.
Todas las ramas que salen por debajo de los injertos se han de eliminar totalmente, normalmente estas ramas se reconocen por ser fuertes, rápidas creciendo y estar muy cubiertas de espinas.
Los escaramujos ( donde se encuentran las semillas) se han de eliminar salvo algunas variedades de gran belleza.
El abono es muy necesario si queremos buenas floraciones. Un buen abonado seria un NPK ( Nitrógeno , Fósforo y Potasio ) 12 + 10 + 18.
Hay muy buenos abonos empildorados ( liberación lenta ) con otras relaciones de estos tres elementos. Tampoco hay que olvidarse de usar otros abonos que además contengan microelementos como boro, hierro, cobre, manganeso ….
El abono se aportará 3 o 4 veces durante el crecimiento pero empleando siempre menos cantidades que las que indiquen los envases y así no nos pasaremos con las dosis que podrían dañar la planta. Una vez que las temperaturas descienden , hay que detener los abonados.
Si podemos aportar estiércol no hay que dudarlo pero ha de estar totalmente fermentado, de esta manera aportamos mucha flora bacteriana.
El pie de la planta ha de estar suelto y limpio de malas hierbas por lo que se debe remover de vez en cuando, así mejoramos la estética y sobre todo el cambio gaseoso del suelo.
Multiplicación
La mayoría de los rosales se reproducen por esquejes pero el método más usado es fijar una nueva variedad por medio de los injertos.
Hay casas como Meilland que están especializados en conseguir , después de sembrar millones de semillas, nuevas variedades que se fijan por injerto y que se presentan en concursos para conocimiento del público.
Las semillas se obtienen tras enormes cantidades de cruces y entre los progenitores que más se emplean están cultivares como Rosa rugosa, damascena, moschata, gallica o la rosa rugosa.
En la época actual priman los rosales de grandes flores dobles y unas pocas variedades con perfume.
Enfermedades y plagas
Aunque se pueden presentar gran cantidad de problemas en los rosales, esto no hace que disminuya el interés por esta planta.
Los problemas más usuales son:
Como plagas nos podemos encontrar con Pulgon en todos los colores ( rojo, verde..), cochinilla algodonosa, insectos masticadores de hojas, gusanos blancos , mosca blanca…
Como hongos y virus podemos encontrarnos con Oidio, Roya, Mildium, Botritis, Chancro , Antracnosis, tumores del cuello y virus del mosaico.
Todos estos problemas ,comunes en casi todas las plantas, tienen tratamientos específicos que aquí seria muy prolijo de mencionar.
Curiosidades
Los rosales tienen altos contenidos de Vitamina C, siendo uno de los vegetales que más tienen por cada gramo y también tienen vitaminas A,D y E así como antioxidantes
Los escaramujos se pueden consumir crudos tras quitar las semillas, se emplean para hacer mermeladas y jaleas.
Suelen prepararse tisanas e infusiones que por ejemplo son empleadas en Japón para tratar la piel.
Su otro nombre de tapaculo proviene de la propiedad antidiarreica que puede provocar estreñimiento.
Su aceite tiene usos en perfumería.
Durante el transcurso de la 2ª Guerra mundial, los niños ingleses recogían los escaramujos ya que como no podían tener naranjas a causa de la guerra, obtenían así la vitamina C tan necesaria.