Araña roja
Es un ácaro que tiene varios nombres populares como ácaro de dos puntos o el ya mencionado araña roja por su color.
Descripción
El nombre de la tan temida araña roja en nuestros cultivos es etranychus urticae.
Su tamaño es diminuto, no suelen pasar de los 4 o 5 milimetros. Si las hay en una hoja lo que vemos es un pequeño punto rojo, que se mueve muy rápido.
Tiene diferentes estadios como huevos, larvas, protoninfa, deutoninfa y adultos.
T. urticae es muy pequeña, se puede ver a simple vista como unos pequeños puntos rojizos en las hojas cuando hablamos de un adulto o en los tallos, miden alrededor de 0,5 mm.
Estos pequeños animales se encuentran en todos sus estadios en el envés de las hojas, pueden atacar muchas plantas, en mi caso me centro en los ataques a las fuchsias.
Daños
Cada individuo se alimenta de células y provoca pequeños puntos marrones en las hojas, al ser atacadas por miles de ellos, la hoja pierde su color verde y parece casi marrón, como si estuviera oxidadas.
Al alimentarse de las células del tejido, estas hojas dejan o disminuyen la fotosíntesis y la planta no se alimenta. Si el daño es muy grande puede ocasionar la defoliación y muerte de la planta.
En los invernaderos por las temperaturas que se alcanzan, es casi imposible no tener estos ataques.
Control
Para defendernos hay varios métodos, los biológicos y los químicos.
Entre los biológicos , aprovechamos algunos de sus depredadores naturales, entre otros el ácaro fitoseido phytoseiulus persimilis que se reparte por el cultivo. Hay empresas que nos venden estos enemigos para repartirlos por el invernadero.
Los métodos químicos son varios, por ejemplo cuando se usa abamectina.
Estos métodos tienen su coste en la aplicación y a mi no me gusta mucho usarlos y poner los trajes y máscaras adecuadas. Además suelen atacar entre otros , a los enemigos naturales que podamos tener en el invernadero.
Por todo ello hay que valorar bien antes de hacer las aplicaciones.
Podemos citar algunas materias activas como Hexitiazox, Piridaben, propargita o aceites parafínicos. El jabón de potasa unido al aceite de neem es un buen aliado para su control.
Es aconsejable usar dos o tres tratamientos distintos para evitar que se puedan hacer resistentes y ayuda en la eficacia del producto el uso de mojantes.